Del despacho de abogados al aula

RIC logo

La pasión de Diana Ortega-Oliveira por la enseñanza de idiomas le permite motivar e inspirar a los jóvenes.

Diana Ortega-Oliveira es una exasistente legal bilingüe quien decidió dedicarse a la enseñanza de idiomas tras formar una familia. En 2025, obtuvo una maestría en educación en lenguas extranjeras de Rhode Island College y del 2023 al 2025, impartió clases en el programa “dual language” (lenguaje dual o de inmersión) en español para Raíces Upper Dual Language Academy y Calcutt Middle School en Central Falls, Rhode Island. Este otoño, comienza a enseñar español en la Escuela Secundaria North Attleborough.

Originaria de Colombia, Ortega-Oliveira se mudó a Estados Unidos a los 12 años y se convirtió en estudiante multilingüe (MLL por sus siglas en inglés), como muchos de sus alumnos. Tras terminar la secundaria, regresó a Colombia para convertirse en abogada, siguiendo los pasos de su padre. Sin embargo, debido a preocupaciones de seguridad y la pérdida de un familiar, decidió regresar a Rhode Island y eventualmente se matriculó en el Programa de Estudios Paralegales de la Universidad Roger Williams.

La transición hacia su verdadera pasión

Tras más de 20 años trabajando como asistente legal, ayudando a sus clientes a comprender la ley y en calidad de interprete para quienes no podían comunicarse en inglés, Ortega-Oliveira descubrió una genuina pasión por la docencia; lo cual la impulsó a buscar trabajo como profesora suplente. Ahí, aprendió que la narración y el translingüismo (práctica de personas bilingües o multilingües quienes utilizan todo su repertorio lingüístico para comunicarse) eran herramientas que realmente disfrutaba utilizar con sus estudiantes.

“Me encanta enseñar ciencias sociales a través de historias y tener un ambiente bilingüe en clase, utilizando constantemente el inglés y el español”, expresa. “Igualmente disfruto hablar con la gente, ya sean adultos o menores. Mi experiencia como asistente legal y educadora me lo han permitido, mientras aprendo de ellos”.

Cuando los estudiantes pasan al siguiente grado, continúan en el programa bilingüe, ofrecido por las escuelas públicas de Rhode Island.

Para Ortega-Oliveira, la transición a la docencia es una decisión profundamente personal que implica adoptar un nuevo estilo de vida y considerar diversos aspectos tanto personales como profesionales.

“Ser docente requiere mucha paciencia y dedicación, estar interesado en seguir aprendiendo, reconocer tus fortalezas y cualidades, –lo que disfrutas hacer, con quién quieres conectar y qué puedes aportar–,” señala. “Tanto en el despacho jurídico como en el aula, todos debemos colaborar y estar en sincronía. Adaptarse a las nuevas normas y al currículo es crucial, pero creo más importante encontrar conexiones culturales con tus alumnos. En mi caso, ser inmigrante ayuda en esa conexión, porque ya sean ellos o sus antepasados, en algún momento, también fueron emigrantes”.

El legado de sus profesores en su propia aula

Ortega-Oliveira afirma que su paso por RIC, al igual que los docentes que tuvo, especialmente aquellos con los que se identificó, tuvieron un enorme impacto en ella; sintiendo especial admiración y respeto hacia la profesora Papa, por todo lo que hace en el campus universitario, principalmente por su apoyo a la comunidad multilingüe.

“Todos mis demás profesores también fueron excelentes. Disfruté de las clases y las conversaciones del profesor Ender, al igual que del profesor González. Me alegró mucho ver a educadores hispanos al frente del aula. Nunca había tenido un profesor latino hasta que llegué a RIC. De repente, me vi reflejada en ellos”, recuerda. 

Docentes como Monique Jacob elogian el trabajo y el compromiso de Ortega-Oliveira. “Diana practica el aprendizaje colaborativo mayormente. Sus estudiantes están acostumbrados a trabajar juntos y sus proyectos son adecuadamente desafiantes y atractivos. Crea lecciones que abordan las expectativas lingüísticas e instruye sobre la historia y la actualidad en los países hispanohablantes”, afirma Jacob.

Guiando a sus alumnos hacia el éxito, la confianza y el reconocimiento

Durante el ciclo escolar 2024 y 2025, bajo la dirección de Ortega-Oliveira, sus estudiantes de octavo a duodécimo grado participaron a nivel distrital en el proyecto de investigación Generación Ciudadana, obteniendo el primer lugar. Una experiencia que le demostró que reorientar su trayectoria profesional fue la decisión adecuada.

“Mis niños de la Escuela Calcutt ganaron el premio Overall Class, además del primer lugar por ser los más elocuentes. Mis niños de Raíces ganaron el Premio a la Acción”, explica. “Para ellos, fue una sorpresa total. Se les oía decir: ‘Miren, esta es la mejor experiencia que he tenido’”.

Para esos proyectos de investigación, sus estudiantes tomaron la iniciativa de llamar a políticos y hacerles preguntas sobre sus propuestas de ley y aprender sobre sus responsabilidades.

“Me emocionó mucho ver cómo este proyecto fortaleció la confianza de mis niños, quienes anteriormente eran muy tímidos y que al hablar con los demás, agachaban la cabeza y utilizaban un tono muy bajo”, recuerda. “Fue un trabajo en equipo. Aunque mis niños no recibieron una medalla individual, al tomarse la foto con el gobernador, se sintieron reconocidos. Ese reconocimiento y los aplausos fueron lo mejor que les había pasado”.

Ortega-Oliveira también recibió el Premio al Maestro Transformador 2025.

“Ese premio me hizo darme cuenta de que estoy haciendo algo bien. Que no soy mala en esto”, dice. “Sin embargo, ver a mis estudiantes prosperar y vencer su timidez es mejor que cualquier otra cosa que hubiera podido recibir de alguna otra persona”.

Infórmese del programa de Maestría en Lenguas Extranjeras.